Aula de apoyo


Aula de apoyo


 








Importancia del aula de apoyo




El Aula de Apoyo se concibe como un conjunto de servicios, estrategias y recursos que ofrecen los establecimientos educativos para brindar los soportes que permitan la atención integral de los estudiantes.

El Aula de Apoyo de una Institución Educativa, es un espacio no sólo físico destinado a proporcionar apoyo escolar complementario al currículo académico en tiempo extraescolar, a asesorías a estudiantes, docentes y padres de familia y/o acudientes. Sino también un espacio de proyección a todos los espacios de la institución, especialmente a las aulas de clase. Beneficiando de esta forma a toda la comunidad educativa: estudiantes, docentes y padres de familia y/o acudientes. Su fin principal es el desarrollo de una educación de calidad. Para lo cual busca atender las necesidades educativas Individuales o Comunes de sus estudiantes que pueden ser transitorias generadas por situaciones psicosociales, o permanentes como las Necesidades Educativas Especiales (NEE) y las Situaciones de Discapacidad. Mediante la Flexibilización Curricular; el acompañamiento pedagógico en el aula de clase; los apoyos pedagógicos complementarios al currículo, que se hacen de manera extraescolar; las asesorías y capacitaciones a docentes y padres de familia y/o acudientes, por lo cual se interviene también el currículo oculto; y la gestión de recursos; se quiere prevenir la deserción escolar y promover el acceso, la permanencia y la promoción en el sistema educativo, de los estudiantes con Necesidades Educativas.






Aplicaciones en el aula de apoyo, tomando en cuenta los estilos de aprendizaje


Muchos alumnos, quizá la mayoría, alcanzan las capacidades intelectuales básicas y aprenden a pensar sin necesidad de una instrucción formal y metódica en ello. Adquieren esas capacidades y llegan a desarrollar un pensamiento abstracto a través de los aprendizajes particulares y de las áreas del currículo. Para algunos alumnos pueden ciertas áreas llegar a ser particularmente importantes para este propósito. Al fin y al cabo, aprender a pensar no se adquiere en abstracto, sino en concreto, a través de aprendizajes específicos; y, a menudo, aquellos aprendizajes en los que ciertos alumnos encuentran más dificultades son también los que poseen mayor potencial de generalización en el proceso de adquisición del aprender a aprender y del aprender a pensar. Ahora bien, un correcto planteamiento y desarrollo de las áreas del currículo, en realidad, de cualquier área, de todas ellas, contribuye de modo decisivo al desarrollo del pensamiento y de las capacidades intelectuales básicas. Algunos alumnos pueden necesitar actividades o programas complementarios y de refuerzo para adquirir actitudes y modos de pensamiento que la mayoría de los alumnos adquiere espontáneamente, de manera incidental, o bien con ocasión de otros aprendizajes. Pero incluso esos programas y actividades han de desarrollarse en el marco del desarrollo curricular general. Algunos alumnos, desde luego, necesitan de actividades complementarias o de refuerzo en algún momento de su escolarización. No se trata sólo de alumnos de necesidades educativas especiales permanentes o alumnos con un retraso significativo en el desarrollo intelectual. Son también alumnos con dificultades o problemas de diferentes clases: alumnos "lentos para aprender" o con dificultades de aprendizaje; alumnos socioculturalmente desfavorecidos.

La escuela debe implementar políticas tendientes a disminuir el fracaso escolar, por ello se hace necesario, diseñar unas estrategias pedagógicas que posibiliten la superación de las causas que lo generan, dichos factores están mediados por las dificultades en los procesos de aprendizaje y enseñanza. Los docentes, a partir de procesos de observación de la práctica cotidiana consideran que es de vital importancia el desarrollo de procesos individuales y personalizado a cada uno de los estudiantes con dificultades de aprendizaje. Es necesario reorientar la acción formativa de los estudiantes con dificultades de aprendizaje para re-contextualizarlo y nivelarlo con su grupo de estudio, somos conscientes de las limitaciones individuales ante los procesos formativos, por lo que es necesario construir procesos de orientación del quehacer educativo cotidiano.

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